1. Supervisión constante

Esta observación nos va a permitir que nos anticipemos a aquellas situaciones que puedan representar un problema para el alumno/a, generando una mayor seguridad y autocontrol en él. Por ejemplo, cuando cambiamos de una tarea o actividad a otra.

2. Actuación docente durante la sesión de Educación Física.

1. La sesión ha de ser un momento de comunicación positiva entre el maestro y el alumno/a.
2. Debemos tratar al alumno/a siempre de la misma manera cuando realice alguna situación fuera de contexto. No podemos permitir la conducta en algunas ocasiones y castigarlo en otras.
   
3. Buscaremos reforzadores sociales (reconocimiento, alabanza) o reforzadores de situación (dejar que lleve el material...).
   
4. Cuando se le regañe, debemos hacer los comentarios a la situación, nunca a la persona. Lo haremos de una manera calmada y a solas. 
   
5. Si hay que castigar al alumno/a, lo haremos con castigos cortos e inmediatos.
   
6. Trabajar con el alumno/a a partir del juego, siendo los juegos cooperativos los más adecuados para este alumnado.
   
7. No etiquetar ni hacer juicios de valor sobre el comportamiento que presenta, debemos entender que no lo hacen a propósito.
   
8. Dividiremos las actividades o tareas a realizar en pequeños pasos, evitando de esta manera el cansancio y la distracción del alumno/a.
   
9. Debemos reforzar siempre las conductas adecuadas, como ir despacio pero haciendo bien las actividades (calidad frente a cantidad).